En esta sección iré escribiendo cartas para mis hijas, no tienen un orden particular, tampoco pondré el nombre del destinatario.

Todas se refieren a algún momento particular que hemos compartido. He decidido hacerlo porque soy fanática de los recuerdos. Mis mayores tesoros son las fotos, apuntes, dibujos y videos de mis hijas; de sus actos, dichos, bailes, juegos, regalos, notas, en fin, de su vida. Esta es otra forma de recordar los momentos que he tenido la dicha de pasar con ellas.

Espero que ustedes las disfruten de la misma forma que yo he disfrutado escribiéndolas, les comparto un poco de mi vida, como verán es la vida normal de una mamá que solo quiere que sus hijas la recuerden como alguien que siempre las amo incondicionalmente.

Berrinche en el centro comercial

Querida hija

Ese berrinche (pataleta)  que me hiciste en el centro comercial el día de hoy fue algo que me dejo agotada.

¿Te recuerdas cómo fue? Me acompañaste al centro comercial para comprar un regalo, yo te dije que después te iba a subir al carrousel. Cuando terminamos de comprar me dijiste que tenias hambre, te ofrecí lo que llevaba, pero no quisiste nada, entonces te dije que no iba a comprarte otra cosa. En ese momento comenzaste a llorar y yo te dije que si no dejabas de llorar no te iba a llevar  al carrousel. Obviamente aquello no te hizo gracia y desde ese momento comenzaste a llorar y solamente escalo de intensidad, así que te dije que nos íbamos.

Obviamente yo no sabía nada de manejo de berrinches y mucho menos de Disciplina Positiva. Te rehusabas a caminar así que te jale y tu te venias arrastrando con los pies fuertes en el suelo, sin hacer ningún esfuerzo para caminar. Lo peor fue cuando te trate de subir al carro, ahí ya estabas gritando totalmente fuera de control, gritabas que no te querías ir, que querías ir al carrusel, por un momento pensé que el personal de seguridad iba a pensar que yo te estaba secuestrando por la forma en que gritabas y porque decías que yo no era tu mamá. Te trataba de meter a la fuerza y tu abrías de tal forma los brazos y las piernas que te servía para detenerte en el marco de la puerta. No se como lo logre, pero después de varios intentos logre meterte en el carro. Cerré la puerta y entre rápidamente . Al entrar la que se descontroló mas fui yo, ya no pude mas y te grite de una forma en la que saque toda la furia que tenía adentro. Te quedaste muda y muy asustada. Nos fuimos a casa.

Cuando iba manejando sentía que el cuerpo me temblaba, obviamente tenía un nulo control de mis emociones, tanto que me quedaba por aprender….

Al llegar a casa, llegaste agotada, te dormiste, yo también me recosté un rato. No se quien de las dos estaba más cansada.

Te desperté un rato después y estabas muy tranquila. Cenaste y luego me recordé de darte la medicina, en ese momento se me ocurrió leer los efectos secundarios de esta.  Al leerlos comprendí que parte del descontrol que tuviste fue a causa de la medicina, nunca más te la volveré a dar. Ahora comprendo todo, tú nunca habías tenido un berrinche tan descomunal. Así que te he abrazado y dicho que te amo, que por favor me perdones por haberte gritado así. Tú sin dudarlo me has dado un abrazo y me has dicho que me perdonas. Si algo me conmueve siempre es la capacidad de perdón que tienes, ojalá yo aprenda a ser así también.

Te amo
-Mami

Primer día de kinder

Querida hija

Hoy es tu primer día de kínder y la verdad es que yo estoy muy nerviosa de llevarte. No se como vas a reaccionar, si vas a llorar, si te vas a poner triste, si cuando te recoja la nanita me dirá que lloraste mucho. El consuelo que tengo es que no vas sola, tu hermana mayor te va acompañando.

Nos levantamos temprano, tu no puedes estar más feliz pensando que ya eres “niña grande”, yo tengo una mezcla de nostalgia y un nudo en el estomago,  porque en efecto siento que estas creciendo, ya no eres bebe. Colaboras para que te ponga tu uniforme muy rápido, saltas para desayunar, te peino y nos vamos. Tu hermana ya está lista también.

Me conmueve ver como vas de ilusionada con tu lonchera nueva en el carro, llevas una cara de felicidad que no puedes con ella. Estamos a una cuadra del kínder y no puedo estar mas nerviosa. Ya frente al portón primero se baja tu hermana mayor y luego tu, en cuestión de un segundo te doy un beso y me despido de ti. No te quito la vista de encima, la nanita te carga y tu vas sonriendo, ¡si¡ muy sonriente, no lloraste cuando te bajaste del carro, ni cuando entraste al kínder, eso si, no le quitas la vista a tu hermana, creo que eso te da mucha seguridad. Siento que me regresa la respiración al cuerpo y continuo mi camino. No paro de dar gracias a Dios que todo ha salido bien. Inmediatamente le llamo a tu papi y le cuento ¡Misión cumplida!.

Al llegar a casa, solo pienso que ya quiero que sea la hora de recogerte.

En el transcurso de la mañana tu maestra me ha escrito y me ha dicho que estas bien, que lloraste un poco al inicio, pero que ella te tomó en sus brazos y te tranquilizaste. Has estado bien, has comido y socializado con tus compañeros, me quedo un poco mas tranquila.

He estado intranquila toda la mañana, me voy 15 minutos antes para hacer la cola. Te llaman y la nanita te trae cargada, al entrar al carro me das un abrazo con una gran sonrisa, que feliz tenerte de nuevo conmigo y verte bien. Ahora a almorzar y hacer tu siesta.

Te amo

Mami