Hoy quiero aprovechar este post para aplaudir a todas las madres, empezando por la mía. Ser madre es sinónimo de generosidad, amor, entrega, felicidad, sacrificios grandes y pequeños, de muchas alegrías y también contrariedades.
Con frecuencia podemos caer en la ligereza de olvidarnos de lo mucho que aportamos en nuestro hogar. Se ha caído en la equivocación de ver de menos el trabajo que se realiza de puertas adentro en una casa y es muy probable que nosotras mismas nos lo creamos, no cometamos ese error ya que en la familia es en el único lugar adonde somos insustituibles.
Si estuviésemos conscientes que educar a nuestros hijos es el trabajo de mayor proyección social que existe, quizá cambiaría nuestra percepción sobre todo lo que implica ser mamá. Debemos de tener la seguridad que estamos educando a los ciudadanos de un país, a los estudiantes, padres, madres y profesionales del día de mañana; en nuestras manos está el hacerlo lo mejor posible con los niños de hoy.
Independientemente del número de hijos que se decida tener creo que es imperativo que realicemos que ser madre no tiene precio, no se puede cuantificar, es infinitamente valioso. Nos tenemos que animar mutuamente, ser una buena madre no es fácil, sin embargo la recompensa es enorme. Es un trabajo que tenemos que aplaudir de pie.
Hace años leí este artículo que se relaciona con el tema de hoy. Lo comparto para que lo leas acá o en este link: http://encuentra.com/el-espiritu-de-la-maternidad/investigadora_en_desarrollo_infantil_y_humano12237/
Hace unos meses atrás, cuando recogía a los niños del colegio una amiga se me acercó tan histérica como indignada.
“¿Sabes lo que tú y yo somos?” me preguntó.
Mi amiga recién venía de renovar su licencia de conducir en la oficina de transito. Cuando la oficial que tomaba los datos le preguntó cual era su ocupación, mi amiga no supo que responder. Al percatarse de esto la oficial que tomaba los datos le dijo, “A lo que me refiero -explicó la oficial- es a si trabaja usted o es simplemente una… ”
“Claro que tengo un trabajo, -le contesto mi amiga-, soy una mamá”. A lo que la oficial respondió, “No ponemos mamá como opción, vamos a ponerle ama de casa.”
Había yo olvidado por completo la historia, hasta que un día a mi me pasó exactamente lo mismo, sólo que esta vez, en la oficina del ayuntamiento. La funcionaria era obviamente una mujer de carrera, eficiente, de mucha postura, y tenía el muy despampanante título de “Interrogadora Oficial”.
“¿Cual es su ocupación?” me preguntó.
“Soy Investigadora Asociada en el campo del Desarrollo Infantil y Relaciones Humanas.”
La funcionaria se detuvo, el bolígrafo quedó congelado en el aire y me miró como si no hubiese escuchado bien. Repetí el título lentamente, haciendo énfasis en las palabras mas importantes. Luego observé asombrada como mi pomposo anuncio era escrito en tinta negra en el cuestionario.
“¿Qué es exactamente lo que hace usted en este campo de investigación?” Me preguntó la mujer con una mezcla de admiración y curiosidad.
“Tengo un programa continuo de investigación con trabajo de laboratorio y de campo. Estoy trabajando para mi doctorado y ya tengo cuatro créditos. Por supuesto que el trabajo es uno de los que mayor demanda tiene en el campo de las humanidades y usualmente trabajo más de 16 horas diarias. Pero el trabajo tiene muchos mas retos que cualquier trabajo sencillo, y las remuneraciones son mucho más que económicas, también están ligadas al área de la satisfacción personal.”
La funcionaria ahora me veía con mucho respeto, mientras completaba el formulario.
Una vez terminado el proceso, se levantó de la silla y personalmente me acompañó a la puerta.
Al llegar a casa, emocionada por mi nueva carrera profesional, salieron a recibirme tres de mis asociadas del laboratorio, de 13, 7, y 3 años de edad. Arriba podía yo escuchar a nuestro nuevo modelo experimental en el programa de desarrollo infantil (de 6 meses de edad), probando un nuevo modelo de vocalización.
¡Me sentí triunfante! ¡Le había ganado a la burocracia! Había entrado en los registros oficiales como una persona distinguida e indispensable para la humanidad, porque ser madre es todo lo que describí a la oficial ¡Y mucho más! La maternidad no tiene un título en la puerta, ni en las tarjetas de presentación, pero creo que toda mamá debería sentirse increíblemente orgullosa de ejercer la profesión que sostiene a la sociedad. Dicen que nadie es indispensable ¡Vaya que las madres lo somos!
Así que la próxima vez que te pregunten “¿Profesión?”, ya sabes qué contestar.
A todas las Investigadoras Asociadas en el campo del Desarrollo Infantil y Relaciones Humanas, que llevamos el bello titulo de Mamá, las felicito porque han sido generosas y han optado por dar la vida a uno o varios hijos. Sintámonos muy orgullosas de poder llevar este título, no dejemos que nadie lo menosprecie.
Les dedico este anuncio de Coca Cola, estoy segura que a mas de una se le saldrá una lagrima. https://www.youtube.com/watch?v=o255ZuRXOQI
*Foto gracias a Suhyeon Choi de Unsplash
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Me siento tan orgullosa de ser una «Investigadora Asociada en el Campo del Desarrollo Infantil y Relaciones Humanas», lo máximo !! Te Felicito Vane , Me encanta leer tus artículos! Bendiciones!
Gracias Lucy!! Pienso que sos una excelente Investigadora. Un abrazo